¡Internet está por todos lados!
Esta fantástica potencia conecta a la humanidad entre ella de forma completamente nueva.
Hablamos constantemente y nos distraemos gracias a un flujo de información desmesurado.
Y las redes sociales se han convertido en verdaderos espacios publicitarios.
Allí se explotan nuestros mensajes, nuestras lecturas y nuestras conversaciones instantáneas.
De este modo, en Internet nuestra atención se ha convertido en la moneda de cambio.
El más mínimo rincón de espacio digital se aprovecha para captarla mejor y vendernos información, servicios y productos.
En una época de solicitudes omnipresentes, resulta necesario dominar mejor Internet.
Esto supone nuestro derecho personal a que no nos molesten sin cesar y a mantenernos focalizados.
Por ello, creemos que las tecnologías pueden y deben aportar lo mejor al Ser Humano, con la condición de que sigan manteniéndose a su servicio, sin esclavizarle jamás.
Creemos que podemos hacer que nazcan mejores relaciones entre nosotros, más humanas y reales.
También creemos en la necesidad de silencio, que propicia la concentración, la reflexión y la creación.
Creemos en la inteligencia del Ser Humano, capaz y preocupada por dominar sus comunicaciones.
Creemos que puede hacer de ello algo digno, grande y útil.